miércoles, 15 de junio de 2016

El ejemplo.

El ejemplo será la mejor herencia. Nada perdurará más y con mayor impacto en quienes sigan nuestro paso por el universo que el ejemplo que podamos haber dado. En la familia, en nuestros hijos y entre nuestras amistades. Valdrá porque puede llegar a conmover, ser imitado y útil para todos. Ningún bien material que acumulemos tendrá valor al final. Solo vale lo que no puede comprar nadie con dinero y que se construye con paciencia, persistencia, tiempo, voluntad y honestidad. Estas inspiraciones ejemplares, aun mínimas, serán un norte para que brillemos en la vida. Y cuando no estemos más en ella. Todos mirarán en ese momento si nuestras manos están limpias. No llenas. Más que la condena de la justicia, la peor condena es sobre la familia. Y esta es inapelable.


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